Muchos actores, presentadores y cantantes, tanto nacionales como internacionales, se declaran amantes incondicionales de los animales y no solo se dejan fotografiar en compañía de sus compañeros de cuatro patas, sino que además participan a eventos benéficos y ayudan a recaudar fondos para refugios y centros de rescate.

Iniciativas que por su puesto aplaudimos, aunque desde FAADA nos gustaría recordar a estos profesionales que tienen en sus manos una manera aún más contundentes y estrictamente relacionada con su trabajo para ayudar a los animales: no participar en rodajes, escenas o eventos en los que se utilicen animales salvajes.

Es de hecho descorazonador ver cómo muchos famosos – supuestamente “amante de los animales” – aparecen en producciones que ven cómo protagonistas especies de fauna salvaje e incluso en peligro de extinción: Shakira – que por las noticias que tenemos comparte su vida con perros y conejos – sale en su último videoclip junto a la tigresa Noa, animal de propiedad de la empresa Fauna y Acción y que fue desungulada para que resultara más fácil trabajar con ella. Otro ejemplo puede ser el de la actriz estadounidense Natalie Portman – vegana y declarada activista por los derechos de los animales – que en un evento de hace unos años, se dejaba fotografiar encantada en compañía de un chimpancé actor.

El humorista y actor Berto Romero, que se hizo fotografiar para el calendario benéfico de una protectora de animales, en 2011 participó en Involution, el programa de Antena 3 tristemente conocido por haber utilizado el chimpancé perteneciente a una de las empresas de alquiler de animales con más denuncias de todos EEUU.

Por suerte también existen profesionales del mundo del espectáculo que son conscientes de cómo su trabajo puede fomentar la explotación animal: hace unos días leíamos una entrevista a Alexandra Paul (¡seguro que la recordáis en la serie Baywatch!) donde la actriz contaba cómo, a la hora de grabar un episodio de la serie que la hizo famosa, indicó a los productores de la misma que no participaría en la escena que se iba a grabar en Sea World, ya que, como persona que respeta los animales, aborrece toda forma de cautiverio y por lo tanto zoológicos y acuarios.

¡Esto es sin duda alguna el mejor y más efectivo tipo de ayuda que un profesional del mundo del espectáculo puede brindar a los animales!

Sabemos que mucho de estos profesionales desconocen totalmente las graves problemáticas relacionadas con el uso de fauna salvaje en el sector audiovisual, y que acaban fomentando el tráfico de especies en peligro de extinción y la privación de libertad de los mismos, sin ser en absoluto conscientes de eso: por eso esperamos que actores, cantantes y presentadores que acaben leyendo este post se tomen unos minutos para leer nuestro informe “Los animales no venden” y la próxima vez que se les ofrezca actuar junto a un animal-actor expliquen por qué no tienen pensado hacerlo.

Y todo los que conozcáis algún profesional de este sector…¿nos ayudáis a compartir y a hacerles llegar la información? ¡Gracias!