Hoy queremos utilizar este espacio para dar a conocer otro tipo de problemática que relaciona animales salvajes y sector audiovisual y que cada día preocupa a más profesionales. Estamos hablando de la conducta agresiva y poco respetuosa de muchos fotógrafos de fauna salvaje, que a todos los efectos ya se pueden considerar “paparazzi” de animales.
John Marriot, reconocido fotógrafo especialista en fauna salvaje, afirma: “Hoy en día hay mucha competencia…hace 20 años cuando cogía mi cámara y me iba al Bow Valley Parkway (Canadá), podía quedarme allí todo el día sin ver a otro coche. En la actualidad, sobretodo en los meses más calidos, puedes encontrarte a otros siete u otro vehículos conducidos por fotógrafos en búsqueda de animales…”
Marriot explica que intenta no actuar de manera intrusiva, evitando unirse a otros grupos de fotógrafos, trabajando siempre por su cuenta y respetando los descansos y las “señales” de los animales.
Pero desafortunadamente, no todos los profesionales actúan de la misma manera.
Jim Pissot, de la Wild Canadian Conservation Alliance, afirma que se trata de un problema cada vez más preocupante.
“Lo peor es la falta de sensibilidad que muchos fotógrafos demuestran a la hora de provocar comportamientos antinaturales entre los animales. Para poder sacar la mejor fotografía nos les importa acercarse demasiado a ellos o quedarse allí más tiempo de lo necesario”.
“Si el animal te mira y se va, entonces deberías irte- continua Pissot- Es algo que forma parte de la ética de un fotógrafo. Pero yo mismo he visto profesionales perseguir a ovejas e incluso a osos entre los arbustos para poderse asegurar la mejor toma”.
Gunther Bloch, un estudioso de lobos que trabaja casi todos los días cerca del Bow Valley Parkway, ha sido testigo de escenas parecidas: “Hay fotógrafos profesionales que son muy respetuosos y no se tiran del coche para correr detrás de los animales, pero a la mayoría su bienestar les da absolutamente igual…Y no solo se trata de un comportamiento irrespetuoso sino también muy peligroso, ya que los animales pueden echarse a correr hacia la vía del tren y acabar atropellados..”
Los parques de Canadá tienen un código ético que los fotógrafos deberían seguir: “Los fotógrafos que se mueven por el parque con la intención de fotografiar animales tienen una especial responsabilidad hacia la fauna y los demás visitadores” afirma el código, añadiendo que los animales puede sufrir estrés cuando están rodeados de personas. Se sugiere por lo tanto – tanto a los fotógrafos profesionales como a los principiantes- que se mantengan a una distancia de seguridad de: 100 metros de los osos, 30 metros de otras especies “grandes” y 200 metros de coyotes, zorros y lobos.
Bloch sigue afirmando que les gustaría que más personas fueran sancionadas por este tipo de conducta incorrecta: “Tanto yo como el Señor Marriott hemos presentado varias denuncias, pero demostrar que ha habido un acoso y conseguir que se celebre un juicio es algo extremadamente complicado”.
Michelle Macullo, un portavoz del Banff National Park, afirma que para presentar cargos es necesario tener pruebas muy sólidas.
“Las denuncias son muy útiles para nosotros- añade- y la multa por acoso de animales es de 25.000 $. Pero a veces recibimos estas denuncias demasiado tarde, uno o dos días después de lo ocurrido. Mientras que sería muy importante que las personas se dirigieran a nosotros en seguida permitiéndonos así actuar….”.
Si algún fotógrafo de fauna salvaje está leyendo este articulo, esperamos que tenga en cuenta el bienestar de los animales a la hora de realizar su próximo servicio, actuando así cómo un profesional en lugar que como un “paparazzi”….
Jesús :
La invasión del espacio vital de los animales por el objetivo de la cámara…y del fotógrafo, solo se podrá solucionar con la propia educación del fotógrafo para que sepa cuándo está superando sus límites. La agencia sigue siendo una empresa y demanda del fotógrafo la mejor de las fotografías….o el vídeo más cercano.
Compartiendo…
Jesús