Muchas personas hoy en día conocen las graves implicaciones del uso de animales salvajes en los circos e incluso enteras ciudades en todo el mundo se han declarado libres de circos con animales.
Tanto adultos como niños ya son plenamente concientes de que arrebatar a un ser vivo de su hábitat natural y de su familia, obligarlo a llevar a cabo comportamientos anti-naturales y mantenerle en un estado de sumisión mediante la violencia o la manipulación con hambre, es algo inaceptable en una sociedad moderna y no tenemos dudas de que, más pronto de lo que no podamos imaginar, llegará el día en que los circos con animales habrán desaparecido por completo.
Es por este mismo motivo que seguimos quedándonos muy sorprendidos al constatar que en nuestro país se sigue sin entender totalmente las problemáticas relacionadas con el uso de animales en publicidad. En muchos casos, incluso esos profesionales del sector audiovisual que se definen “amantes de los animales” y que en una u otra ocasión han participado en iniciativas en contra del maltrato animal, nos indican que este tema “no es para tanto”. Incluso esas personas que se indignan a la hora de escuchar hablar del uso de tigres o elefantes en los circos, son capaces de quedarse indiferentes y hasta aplaudir a la hora de ver un anuncio protagonizado por el mismo animal.
Pongamos un ejemplo muy concreto: el pasado 1 de enero en la página Facebook de nuestra campaña compartíamos las imágenes de Tima, el famoso “oso humano” que actúa en diferentes circos, obligado a llevar a cabo actividades denigrantes como tocar la trompeta y bailar con el hula – hoop dentro del centro comercial Alameda en Granada. Las reacciones en nuestra red social empezaron a llegar a los pocos minutos y a través de 46 comentarios y 156 “compartir” muchísimas personas se declararon escandalizadas, avergonzadas y pidieron leyes más estrictas que prohibieran el uso de animales en espectáculos tan humillantes.
Ahora bien, solo un par de meses antes, el 16 de septiembre 2013, publicamos la noticia que para el último anuncio de FIAT 500 se había obligado a actuar el mismo Tima, que al igual que en el caso anterior, había sido forzado a realizar movimientos y gestos completamente ajenos a su naturaleza. ¿El resultado? 1 “Me gusta” y 1 “Compartir”.
Una diferencia muy significativa que subraya el hecho que la mayoría de las personas todavía no relacionan el hecho que los métodos de entrenamiento, captura, cría y la cautividad que padecen los animales de circo son exactamente los mismos de los que son victimas los animales empleados en publicidad.
De hecho en muchos casos…¡los animales que aparecen en los anuncios proceden de los mismos circos! Es esto lo que pasa, solo para poner un par de ejemplos, con el oso Tima y con Dumba, la elefanta más utilizada en las producciones audiovisuales de nuestro país y propiedad del Circo Kludsky.
Así que os invitamos a que no os dejéis engañar: los animales utilizados en publicidad no han sido grabados en la naturaleza y no han decidido espontáneamente convertirse en actores. No viven felices y contentos con sus familias cuando las cámaras dejan de grabar. Al igual que los animales de circos, cuando las luces se apagan, vuelven a una vida de soledad y duros entrenamientos. Ellos, en muchos casos, son los animales de esos mismos circos a los que habéis declarado que nunca acudiríais.