315675.jpg-r_1280_720-f_jpg-q_x-xxyxxAunque el argumento no sea nuevo, nadie pone en duda que King Kong sigue siendo un personaje mítico del cine.  El 10 de marzo llegó a nuestros cines Kong: La Isla Calavera, la última producción de Warner Bros que volvió a suscitar en el público las ganas de volver a ver al histórico gorila en esta nueva adaptación de monstruos. Una producción totalmente libre del uso de animales reales que nos hacen el film mucho más apetecible.

Estos nuevos tiempos del cine traen consigo los efectos especiales de última generación. Unos efectos que demuestran al mundo del espectáculo que ya no es necesario el uso de animales reales, ya que estos últimos avances tecnológicos muestran unos resultados, unos efectos, unas sensaciones espectaculares. Este rey de los primates a lo largo de los años ha sido testigo de las innumerables evoluciones que ha vivido el cine. Y es que, las nuevas y distintas técnicas de animación han hecho posible todas estas recreaciones de monstruos que aparecen en la película gracias a CGI, imágenes generadas por computadora.

Para hacer lo más realista posible a Kong, la técnica que se empleó fue la captura del movimiento. Para lograr los movimientos del cuerpo que desempeñaría el gorila se hicieron sesiones de captura de movimiento con el actor Terry Notary; y para capturar los rasgos faciales del simio, se basaron en la cara del actor Toby Kebbell, que interpreta a Jack Chapman en la película.

Aunque esas actuaciones no fueron fáciles, el trabajo de los animadores fue mucho más complejo. “Traducir cualquier movimiento a un personaje de 100 pies de altura requiere mucha animación para que parezca creíble”, admitió Jeff White el supervisor de VFX (efectos visuales).

Al igual que se hizo en la primera película de King Kong de 1933, para el rugido de la criatura el equipo captó los sonidos reales de leones para obtener un sonido distinto al de cualquier otro animal.

Todas estas últimas grandes producciones como La Leyenda de Tarzán, El Libro de la Selva, dejan claro que el uso de animales no es necesario en el mundo audiovisual. Estos avances en los efectos especiales de las películas ya son capaces de recrear escenas reales, por lo que está claro que los CGI son un futuro que ya está puesto en marcha además de ser muy prometedor.