Hoy os hablamos de otro tipo de problema que puede conllevar el uso de animales salvajes en el mundo del espectáculo: el peligroso mensaje que este tipo de películas transmiten a quién las mira.
Empezamos con el caso más reciente: la super producción americana de 2011 “We bought a zoo” (Un lugar para soñar en España). La película, que seguramente recodareis por sus atractivos y conocidos protagonistas Matt Damon y Scarlett Johansson, habla de un hombre que tras la muerte de su mujer, decide rehacer su vida comprando un viejo zoológico y que consigue, junto a sus hijos, volver a abrir las puertas al público.
Ahora bien…dónde está el problema en esta historia con aparente final feliz?
El problema está en la (engañosa) facilidad con la que un hombre que no tiene ningún tipo de conocimiento en tema de animales, consigue ofrecer buenas condiciones de vida a sus animales y un zoológico seguro para los visitantes.
En uno de los momentos más conmovedor de la película escuchamos a Matt Damon afirmar: «you don’t even need any special knowledge to run a zoo – what you need is … a lot of heart” (“No necesitas ningún conocimiento especifico para llevar un zoológico – lo único que necesitas…es un gran corazón!)
Esta frase nos hace pensar en la tragedia de Zanesville, Ohio (EEUU) de 2012: un hombre que tenía en casa su particular zoológico de más de 50 animales salvajes, se suicidó por problemas económicos después de haber abierto las jaulas de todos sus animales.
Milagrosamente ninguna persona resultó herida, pero la policía tuvo que abatir a 18 tigres de Bengala, 17 leones y docenas de osos, leopardos y monos. Los animales supervivientes tuvieron que ser llevado al zoo más cercano.
Esta historia nos demuestra claramente que hace falta mucho más que las buenas intenciones para manejar animales salvajes!
Y desafortunadamente los ejemplos no se acaban aquí: con la serie de películas de las tortugas Ninja la compra de tortugas en UK se disparó y años después, como era de imaginar, miles de tortugas fueron abandonadas a raíz de que las familias no podían cuidarlas.
Lo mismo pasó con la serie FRIENDS: os acordáis de Marcelo, el mono de Ross? Por supuesto, tras verle en la pantalla, muchas familias decidieron que no querían ni a un perro ni a un gato…sino a un primate como animal de compañía!
En definitiva, todos estos casos nos confirman que el uso de animales salvajes tiene terribles consecuencias tanto a corto como a largo plazo y que además transmite un mensaje altamente antieducativo.
Maria :
Pasa con los animales salvajes, y desgraciadamente pasa también con los domésticos. Tras la película «101 Dálmatas, más vivos que nunca» se multiplicó la venta de perros de la raza dálmata. ¿Qué pasó con todos esos perros, que pocos años después ya no se veían por ningún sitio? ¿Creéis que muchos vendedores se molestarían en explicar a sus clientes la dificultad de tener un perro dálmata, cazador y de gran energía, a costa de perder una venta? ¿Y cuántos compradores se plantearon lo que sería de su vida los próximos 15 años con ese perro?
Es importante que dejemos de ver los animales como peluches, como juguetes, e incluso como humanos.