TheLadyandherTigerA lo largo de nuestra campaña ADnimalsfree, hemos escuchado varias veces que las empresas que alquilan animales para esta industria alegan a menudo ser centros de rescate de animales salvajes que acogen a ejemplares maltratados o cuya vida corre peligro. Dejando por un momento de lado la cuestión ética – es decir el hecho que un centro de rescate real jamás haría negocios con sus animales ni les obligaría a llevar a cabo actividades para ellos anti-naturales – entendemos que algunas de las personas que trabajan en esta industria sientan cariño por sus animales y que les ofrezcan condiciones de vida de alguna manera mejores de aquellas en las que se encontraban antes.

Por este motivo queremos empezar este nuevo año traduciendo para vosotros (y quizá, para estas personas también) un breve texto del libro “The Lady and her Tiger” de Pat Derby, una de las más famosas entrenadoras de animales salvajes para el cine y la publicidad de los años ’70. Pat Derby acabó dándose cuenta de que el uso de animales para producciones audiovisuales era perjudicial para los mismos y fundó la Performing Animal Welfare Society (PAWS) un refugio para alojar animales rescatados de esta industria.

Esperamos que este texto pueda ayudar a más personas a entender las problemáticas tan graves que se celan detrás del uso de animales salvajes en esta industria y reflexionar sobre porqué, incluso con las mejores intenciones, acaba siendo imposible no fomentar el tráfico de estos animales:

“Fue ese leopardo* que por fin me hizo entender la crueldad del trafico de animales salvajes. En ese momento, al tener poco dinero, comprábamos muy pocos animales directamente de los distribuidores, mientras que en general, si aceptábamos los regalos y los huérfanos que nos dejaban como si fueran caramelos. Lo que nos decíamos era que estábamos rescatando animales maltratados como “Sweet Williams”** y adoptando los enfermos y abandonados como los leones Joe y Lucky y que nunca sacábamos a ninguna criatura de su estado salvaje, ni obligábamos a nadie a trabajar para nosotros – la mayoría de ellos de hecho nunca trabajó un solo día.

Éramos los buenos de la industria, los entrenadores que daban conferencias en frente de los grupos de conservación; pero éramos un poco como los comerciantes de ron y melaza del siglo XVIII, muchos de los cuales afirmaban que nunca habían comprado o vendido un esclavo en su vida, aunque sus mundos dependían completamente de la existencia de la esclavitud. Nosotros también estábamos metidos en ello.”

* Pat Derby habla de un leopardo que rescató y acabó teniendo que sacrificar a causa de los graves problemas psicológicos y de comportamiento que padecía tras una vida en cautividad

 ** un oso